Mi Mami se fue a otra dimensión. Estamos aquí, adaptándonos a esta nueva realidad... Es todo un proceso de ejercitarnos en una etapa de vida que se inicia ahora sin su presencia. Hoy, esta tristeza me sirve para explorarme como el ser espiritual que soy viviendo una experiencia humana...
Comienzo por disfrutar y agradecer el cariño de la familia y amigos que nos conforta. Doy gracias por tantos, tantos amigos cultivados que muestran su solidaridad con mensajes, llamadas, oraciones.
El intelecto me dice que poco a poco la cotidianidad me permitirá sentir de otra forma esa ausencia física. Y, al mismo tiempo, mi corazón sabe que es una gran mentira, piadosa, pero mentira al fin, pues sé que la echo en falta… Descubro que hay un espacio que sin estar presente está lleno y vacío al mismo tiempo… Un espacio en los oídos porque ya no la escucho; un espacio en las manos, por no tocarla más; un espacio en los labios, por no besarla; en mis mejillas por no recibir sus besos... Un espacio en los ojos por el puesto desocupado en la mesa, en el sofá, en la cama... A la vez ese espacio está lleno de experiencias juntas, de memorias reconfortantes, de risas y peleas compartidas. Nada ni nadie puede hacer algo de ese espacio...
Sigo explorando lo que este ahora me trae. Me maravillo con el amor incondicional de sus nietos, mis sobrinos, mostrado en hermosos y sentidos textos. Me conmuevo al ver a mi Papito con una gran capacidad de aceptación, tranquilidad, sosiego, aún en el desamparo, buscando en qué ocuparse, aceptando que la vida es…
Y yo… Aplico mi propia filosofía de vida. Sin expectativas, sin justificaciones, amando lo que es. Los sentimientos míos y de los otros, los “consejos” de familiares y amigos, las palabras de consuelo, el abrazo y las lágrimas compartidas, me indican donde estoy de mi camino de felicidad… Todo está en mí, los pensamientos pueden hacerme sufrir y solo yo decido cambiar de dial para ubicarme en una “emisora” que resuene con mi proceso de bienestar, armonía, paz y felicidad…
Quiero agradecer INFINITAMENTE por los abrazos, por el acompañamiento en vivo y a través de los mensajes recibidos. Cada uno fue una gran caricia caliente amorosa que me sirve para reafirmar que el amor es más grande, que la distancia es solo un número; sin importar que tan lejos estemos, nos mantenemos unidos. ¡GRACIAS A TODOS!!!
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domingo, 21 de septiembre de 2014
viernes, 25 de noviembre de 2011
Ejercitando la felicidad
La felicidad no es una utopía. Tampoco es un estado de
idiotez. La felicidad es una actitud que decimos asumir. Cuando ejercitamos esos momentos en que nos hemos sentido en
armonía, podemos vivir en felicidad a voluntad. Solo nosotros mismos podemos
escoger en qué categoría queremos vivir: con miedo o con amor.
Estos ejercicios
los he probado y con ellos entro y disfruto del estado de felicidad.
1. BENDECIR. Cada noche antes de ir a dormir
escribe tres cosas que te hayan ido bien durante el día. Tres cosas por las
cuales estés agradecido. Luego escribe porque te hace sentir bien esas tres
cosas. Haz el ejercicio por una semana. Practicar este ejercicio de gratitud
hace que nos enfoquemos en las cosas buenas que tenemos. Con el tiempo, te
darás cuenta cómo vas cambiando tus patrones de pensamiento, ya que durante el
día estarás haciendo nota mental de las cosas buenas que escribirás por la
noche.
Este hábito cambia la atención y la forma
de ver el día a día.
2. AGRADECER. El corazón posee un
poderoso campo de energía que se expande o modifica de acuerdo a las
emociones que esté sintiendo. Las emociones negativas provocan patrones
erráticos e incoherentes del ritmo cardíaco. Cuando estás en armonía,
agradecido, equilibrado emocionalmente, tu ritmo cardíaco es coherente. La gratitud es una disposición interior,
genuina, que se expresa, con gestos, con palabras y en obras. Se ha
demostrado que las personas felices son agradecidas por todo lo que hay y
ocurre en sus vidas, produciendo más felicidad duradera y reduce la ansiedad y
la depresión. Cuanta más gratitud tienes en tu vida más feliz eres.
3. QUÉ TENGAS UN BUEN DÍA. Resérvate un espacio de
tiempo –10 minutos, media hora– para tus actividades favoritas. Marca ese
tiempo en tu agenda y no lo cambies por nada, ni por nadie. Ser egoísta tiene
sus beneficios para la salud ;-) ¿Qué te
gusta hacer? ¿Te gusta leer? ¿Te gusta bailar? Toma algún momento del día para
participar en los pasatiempos favoritos. Realiza esas actividades tal como las
has planeado y toma conciencia de todo el placer que te brindan. Este ejercicio
nos enseña a prestar atención al placer y a esforzarnos para que sea intenso y
duradero. Es el paso más divertido para alcanzar la felicidad.
4. ENTRETENER A LOS PENSAMIENTOS. Cuando lleguen
los pensamientos a tu mente, no los combatas, simplemente reconoce que es un
pensamiento negativo y agradece que aparezca para que puedas ejercitar la
sustitución con un pensamiento positivo. No te enganches en los pensamientos
negativos, dándole paso a pensamientos creativos y positivos que te permiten
entrar en un estado de armonía donde la felicidad pueda fijarse.
5. SONREÍR. Pon atención en tu rostro y si lo
sientes contraído, sonríe. Es sorprendente comprobar que permitirse sonreír sin
motivo alguno libera sustancias químicas en nuestro cuerpo que nos hace sentir
bien. La sonrisa es una de las maneras más fáciles de cambiar el curso de
nuestros pensamientos.
6. REFLEXIONAR SOBRE TUS MAYORES DONES. Cuenta todos
los dones, cualidades y logros que tienes. Son bendiciones que te hacen sentir bien,
orgulloso y fuerte. Recuerda que eres un ser digno que merece lo mejor en la
vida. Este ejercicio se relaciona con el primero… Agradece y reflexiona por
todas las cosas buenas. Enfócate en el agradecimiento… y no en los problemas
La felicidad es el estado más preciado de la vida del ser.
Todos tenemos la capacidad de ser feliz en cualquier punto de nuestras vidas.
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