El abrazo es un bien que no tiene precio, puede
darse sin miedos.
Y cada nuevo abrazo hace que nos den ganas de seguir dándolos y recibiéndolos
No cuesta ni un centavo y vale más que cualquier joya. El abrazo y la sonrisa
son bienes transferibles.
No temamos abrazar, que con el abrazo sincero decimos a quien lo recibe, cuanto
lo respetamos y queremos.
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