Este ahora es el momento perfecto para seguir con mis ejercicios de renuncia. Renuncio
a la necesidad de culpar a otros o a mí misma por las cosas que hice o dejé de
hacer, por lo que tengo o no tengo, por lo que siento o he dejado de sentir...
Asumo la responsabilidad de mis acciones, pensamientos y emociones, sin
flagelarme ni vanagloriarme... Solo suelto la culpa.
24 de abril de 2017
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