En 1990 se publicó la 5ª edición de la compilación de
ensayos sobre la Educación en Venezuela de Ángel Rosenblat aparecidos en el
diario El Nacional, durante los años 1959 y 1971. En estos ensayos el autor
enfoca la crisis de la educación en Venezuela, resaltando el papel de cada uno
de los elementos que conforman el sistema de educación del país. Rosenblat,
educador y filólogo venezolano, hace un recorrido por temas siempre vigentes y
señala que la educación en las escuelas, en el bachillerato y en la universidad
es un inmenso despilfarro de dinero y
energías humanas. Inicia con el dato sobre la falta de habilidades en la lecto
escritura, pasa por el deterioro de la profesión del educador y la verdadera
autonomía universitaria, hasta llegar a la necesidad de usar las
palabras correctamente.
A continuación, un análisis crítico de este libro, con el
objeto de dilucidar si sus ideas tienen vigencia o no, si los problemas de la
educación son nuevos o se han venido arrastrando y agravando.
El artículo que abre la compilación de reflexiones sobre la
situación educacional del país fue escrito a un mes del derrocamiento del
General Pérez Jiménez. Ángel Rosenblat señala su preocupación por la costumbre,
muy nuestra como venezolanos, de evitar a toda costa el tener clases. Hace
mención de cómo durante nueve años la universidad había estado supeditada a los
caprichos de un régimen dictatorial y como luego, en vez de dar inicio a las
clases con entusiasmo, estudiantes, profesores y autoridades se daban a la
tarea de proponer y llevar a cabo celebraciones, mítines, asambleas, eventos
que retrasaron el reinicio de las actividades académicas en la Universidad,
para un mes después. Esta situación es común en la Venezuela de este siglo XXI.
Los estudiantes y profesores, las autoridades y sindicatos hacen lo posible por
evitar las actividades académicas. Es así, como para lograr las
reivindicaciones, sean para los alumnos o para los docentes, es costumbre
paralizar las clases, degenerándose la lucha en guachafita y días feriados para
todos. Acota el autor: "Es muy
legítimo que los estudiantes se consagren como todos los ciudadanos a la
actividad política... Pero así como nadie admitiría que los obreros y empleados
celebrasen sus asambleas en las horas de trabajo, parece inmoral que los
estudiantes lo hagan en sus horas de clase". Y continúa: "Soy partidario de la enseñanza universitaria
gratuita. Pero la enseñanza gratuita significa que los estudios universitarios
los paga el país, y más concretamente la clase trabajadora. Si los
estudiantes no vienen a la Universidad a estudiar, sino a otras actividades, y
los profesores vamos a estar... inactivos,... estaremos engañando al país".
Cabe preguntarse: ¿Cuántas veces al año hay disturbios en
las universidades nacionales? ¿Qué consiguen los dirigentes manipulando a los
jóvenes para lanzar piedras, bombas molotov y quemando cauchos? Esta ha sido
por muchos años la realidad de la lucha universitaria: paros, huelgas,
disturbios, estudiantes presos, daños a la propiedad ajena. La voz de alarma de
Rosenblat es tan válida ahora como hace cuarenta, cincuenta años atrás.
Otro tema de reflexión presentado es la deficiencia de la
enseñanza. Rosenblat explica su preocupación al observar que los bachilleres
que hicieron la prueba de admisión para ingresar a la Facultad de Medicina en
1959, en su mayoría no sabían leer, ni escribir, ni calcular. Se pregunta si
estas fallas son del bachillerato o si se vienen arrastrando de la escuela.
Otra vez se advierte como este tema está muy presente en la Venezuela de 2013.
Hoy día se escucha por doquier que los estudiantes universitarios y hasta los
graduados no saben escribir. Estos se manifiesta claramente en las dificultades
que presentan al tener que realizar sus trabajos de grado. Y todavía se puede
hacer la pregunta, ¿Es esta una falla del bachillerato o de la escuela?
Escribe Rosenblat: "Mi experiencia en la universidad es que el alumno llega sin saber
leer. Para ese entonces y hoy día, la educación ha sido y es enfocada solo
para aprobar los exámenes, o promover de un grado al siguiente".
Últimamente se ha hablado mucho del aprender haciendo, del aprender para la
vida y del aprendizaje significativo. Se debe considerar que este es una de los
objetivos que tal vez se plateaba el autor al señalar que en la escuela se
debía enseñar a leer, a escribir y a calcular: más que impartir una serie de
informaciones que para el niño y adolescente no tienen mucho significado si no
puede interpretarlas, integrarlas y aplicarlas a la realidad. Más adelante hace
hincapié en la importancia de la lengua, mas no en la gramática, como la base
de la lectura, la escritura y la expresión oral.
Finaliza este compendio, con una serie de reflexiones sobre
los vocablos más comunes usados en el área educativa, que al estudiarlos desde
la perspectiva filológica y etimológica, se observa que han sido usados
incorrectamente. Interpretándose que muchas veces se usan para dar un sentido
diferente a lo que en realidad significan. O cómo, _aquí se observa la importancia de la lectura_ los venezolanos han perdido su capacidad
de conversación y el sentido del humor fino, por usar o repetir siempre las
mismas palabras, contribuyendo así a mantener pobre el lenguaje.
La lectura de estos artículos lleva a la reflexión. La crisis
de la educación en Venezuela no se soluciona con un cambio en los planes de
estudio, ni en la implantación de modelos extranjeros. La solución está en las
manos de todos quienes conforman el sistema educativo: estudiantes, padres,
profesores, autoridades. Todos están involucrados. Tal y como señala Rosenblat,
se podría mejorar en un gran porcentaje la educación si se hiciera más hincapié
en la enseñanza de la lectura y de la escritura. Un joven que no lee, no podrá
interpretar ni las señales de tránsito. La lectura no solo provee al niño de
elementos para poder comunicarse, sino que le enseña a imaginar, a interpretar,
a comprender. Hasta las matemáticas pueden comprenderse mejor cuando se sabe
leer correctamente. Se le da mucha importancia a la ciencia, y en la actualidad
a la tecnología, pero es bien sabido que un niño, joven o adulto no podría
servirse eficientemente de una herramienta tan útil como la Internet si no sabe
leer correctamente; Rosenblat: dice "...leer y escribir es el único fundamento del saber y el
pensar".
No importa la etapa o nivel de educación en que se
encuentren los alumnos y los profesores, se debe lograr que todos internalicen
la importancia de la lectura y la escritura, como las principales herramientas
para el trabajo creador.
_________________
Rosenblat, Ángel (1990) La educación
en Venezuela. 5ª ed. Caracas: Monte Ávila Editores
1ª versión: Maracay, Enero de 2000
No hay comentarios:
Publicar un comentario